sábado, 2 de marzo de 2013

El partido de la intrascendencia



Resulta que ahora el Barça tiene que ir a reaccionar al Bernabéu, en el partido de la intrascendencia, resulta que tras el juego mediocre que se desarrolló ante el Milán y el espectáculo vergonzoso que dimos en Copa en el Camp Nou ahora la reacción debe venir en un partido contra el Madrid que tiene poca o ninguna importancia. Seguir a 16, ponerse a 19 o quedar a 13 puntos no tiene mayor relevancia. Ir a ganar hoy al Bernabéu para salvar los muebles es de equipo pequeño, querer salvar la vergüenza venciendo al eterno rival en su feudo no es digno de este Barça, sin embargo hoy los medios se hacen eco de esta hazaña como si fuera el partido de la temporada... como si consiguiéndola el Barça saliese redimido de sus pecados en la capital.

No nos engañemos, este Barça juega a una marcha menos, ignoro los motivos y cada uno tiene sus teorías, pero la cuestión es que vemos jugar a este Barça y nos damos cuenta de que le falta intensidad. Encajamos goles, muchísimos goles, el trabajo en defensa es insuficiente y se repite partido tras partido, y en ataque somos cada vez más Messidependientes, Alexis juega sí o sí, pese a que Villa demuestre con números ser infinitamente mejor que él o aunque Tello demuestre, cada vez que sale, que en 5 minutos es capaz de hacer más de lo que ha hecho el chileno durante un partido entero. Nos libramos en liga por la inferioridad de nuestros rivales pero en cuanto te enfrentas a un equipo con cara y ojos los desajustes se hacen patentes y te ridiculizan. 

Muchos podrán aferrarse a los penalties que no pitó Undiano en la semifinal de Copa o a las manos no sancionadas a Zapata en el primer gol de San Siro, y no les faltará razón al afirmar que los partidos podrían haber cambiado si esas decisiones no hubieran sido equivocadas, pero sinceramente, yo no puedo aceptar que todo un Barça no sea capaz de chutar una sola vez a la puerta de Abbiati o que el Madrid te domine en el Camp Nou marcando su tempo en todo momento, te puedes quejar de los errores arbitrales cuando tu equipo ha merecido ganar y no ha podido hacerlo porque un árbitro se lo ha impedido, pero con toda sinceridad pienso que no es el caso. 

Con la copa salvada le hemos dado la posibilidad al Madrid de poder jugar hoy con el Castilla si quiere, el Bernabéu es consciente de que tienen una final asegurada y que el partido de hoy es un mero trámite, que la temporada se la juegan el martes en Old Trafford, y que el Barça tiene pie y medio fuera de esta competición. 

Señor Roura, o Tito, o quien quiera que esté gobernando el banquillo blaugrana en estos momentos, juegue hoy con los chavales, déjeles demostrar lo que valen y que disfruten, y prepare el partido contra el Milán a conciencia, porque ese, ese si es el partido en el que debemos reaccionar. 


miércoles, 6 de febrero de 2013

Orval

Orval (Bélgica)



Hoy os quiero hablar de un clásico entre las cervezas trapenses, la cerveza del monasterio de Orval. 

Como os dije en otra ocasión existen a día de hoy 7 monasterios que elaboran su propia cerveza: Rochefort, del que ya hemos hablado, Chimay, La Trappe (el único ubicado fuera de Bélgica, concretamente en Holanda), Westmalle, Westvleteren, Achel y Orval, del que hablaremos hoy. 

Cervezas conocidas como Lefte o Grimbergen también se elaboraban en otros monasterios, pero estos decidieron vender su fórmula a fábricas cerveceras que la comercializaron bajo la etiqueta de cerveza de abadía, ya que la etiqueta de auténtica cerveza trapense está destinada única y exclusivamente a la fabricada en monasterios, pero de esto ya hablaremos otro día. 

La cerveza Orval es una cerveza trapense de triple fermentación, dos de ellas se realizan en el tanque o depósito y la tercera en botella, ya que se le añade azúcares y levadura en el proceso de embotellado. Esto hace que cada botella sea capaz de sorprenderte, puesto que ninguna de ellas sale igual. Esta tercera fermentación también hace que sea difícil concretar su graduación alcohólica, ya que pese a que cuando sale del tanque su graduación es del 5.2%, puede llegar a alcanzar en botella hasta el 7.2%, es por este motivo que se etiqueta con una graduación media del 6.2%.

Envasada en una botella sencilla a la vez que original en forma de bolo con una única etiqueta en el cuello, esta cerveza se compone únicamente de agua de manantial, lúpulos, maltas de cebada, levaduras y azúcar candi. Es de un color entre naranja oscuro, cobre y marrón en función de la botella y deja notas a frutos secos, regaliz y fruta compotada. Hay quien asegura haber percibido un ligero gusto a salami en sus catas, no es mi caso, aunque como ya os he dicho en más de una ocasión, no soy ningún experto ni mi paladar está educado para estos menesteres.

Se recomienda servir esta cerveza en copa de boca ancha a una temperatura entre 12º y 14º y es perfecta para acompañarla con queso de Orval, fabricado por los propios monjes en el mismo monasterio. 

Para terminar, y como curiosidad me gustaría dejaros con una breve leyenda en la que se basa el símbolo de esta cerveza en el que se aprecia una trucha con un anillo de oro en la boca:

Hacia el año 1076, la soberana de Orval era la condesa Mathilde de Toscana .Sentada en el borde de fuente de claras aguas, dejó caer por descuido su anillo nupcial, recuerdo de su difunto esposo. La condesa, 
desesperada por haber perdido esta joya, rezaba con fervor a la Virgen María. De pronto, apareció una trucha en la superficie del agua, devolviéndole su preciado bien. La soberana extasiada por el milagro, gritó:
Aquí está el anillo dorado que buscaba y bendito sea el valle que me lo devolvió! Y a partir de ahora y para siempre quiero que se llame "Vall d'or" (Valle de Oro). El símbolo de Orval (la trucha y el anillo), ha conservado el recuerdo de esta leyenda, y el agua de la fuente alimentando al monasterio y a su cerveza.


domingo, 3 de febrero de 2013

La elegancia blanca


Xabi Alonso, la "elegancia" blanca.  Permitidme que encasille el término entre comillas porque si bien es cierto que el tolosarra, hijo del admirado en feudo culé Periko Alonso en los 80, ha acuñado a la perfección la filosofía blanca, no es menos cierto que también ha perdido todo rastro de elegancia de aquel jugador que despertaba pasiones en Anoeta o Anfield.

No, no me he vuelto loco, si contrastamos las acciones de Xabi con la etiqueta impuesta por la central lechera, podremos comprobar fácilmente que de ningún modo esas acciones corresponden con la realidad que nos intentan imponer.

A mi modo de ver una persona elegante no escupe en el tunel de vestuarios a un jugador después de ser eliminado en una semifinal de champions league, si además ese jugador al que escupe es un jugador modélico como Andrés Iniesta, la cosa pasa de castaño a oscuro... Quizás podría el bueno de Iniesta haberse puesto el traje de chivato que tanto le gusta ponerse a Callejón, pero Don Andrés simplemente se limitó a decir al ser preguntado a final de temporada por los diferentes partidos en los que el Barça se enfrentó al Madrid que "en esos partidos hubo acciones muy feas y difíciles de entender, pero cada uno obra como cree mejor para su interés. Yo ni escupí, ni insulté, ni pisé, ni di patadas".

Si tiramos de de archivo, podremos comprobar como Xabi Alonso está siempre en todas las tanganas, siempre tiene algo que decir, siempre algún empujoncito o toquecito que dar, y ojo, no digo que en muchos otros equipos no hayan jugadores de estas características, pero estaremos de acuerdo en que este tipo de jugadores nunca han sido el buque insignia de la elegancia...

Tanto es así que otro jugador modélico como es Xavi Hernández se negó a rodar con el elegante de Xabi Alonso el anuncio de la Gula del Norte, anuncio que finalmente fue rodado con Carles Puyol.

Y es que Xabi Alonso tiene para todos, sin importarle si son compañeros de selección o si han sido compañeros en otros clubes... A Javier Mascherano en otro clásico, tras protestarle este una acción al colegiado, se le acercó Xabi Alonso para increparle diciéndole "tú calla, que en el Liverpool jugabas para mí", comentario que no queda demasiado lejos de aquel "tú cuanto cobras" tan criticado de Cristiano Ronaldo...

Sr. Alonso, si usted quiere recuperar la elegancia que le acompañó años atrás, le aconsejo que pida el número del sastre que viste a los señores Iniesta, Xavi Hernández o Puyol, que pese a no tener el título honorífico que imparte la caverna mediática, derrochan elegancia a donde quiera que van.